Qué puede haber más tentador que un mecanismo como ese. Podrías probar con el camuflaje, sustituyendo, por ejemplo, la mirilla de tu puerta por un pulsador. Sólo llamarán connaisseurs, detectives sagaces y espíritus lúdicos.
Tu post me ha recordado a este precioso recorrido por timbres que sí se pueden tocar... Mis vecinos del segundo han tenido el feo gesto de quitar el timbre, ¡toda una declaración de intenciones!. Yo soy mucho más discreta y también soy partidaria de inventos diversos en la mirilla, como este que tengo desde hace un tiempo.
Y así me pasa que cuando voy por allí tengo que ponerme en plan Pedro Picapiedra berreando "Vilmaaaaa abre la puertaaaaa!!"
ResponderEliminarentra de lleno en la fase de aceptación y se salta la de negación :)
ResponderEliminarQué puede haber más tentador que un mecanismo como ese. Podrías probar con el camuflaje, sustituyendo, por ejemplo, la mirilla de tu puerta por un pulsador. Sólo llamarán connaisseurs, detectives sagaces y espíritus lúdicos.
ResponderEliminarhttp://es.bintin.com/index.php?route=product/product&product_id=107
Hay mucho que ver por este mundo aun...
ResponderEliminarDeberías dejar, eso sí, el pulsador- señuelo actual.
ResponderEliminarEste otro modelo (pero sin escudete) daría el pego total:
http://es.bintin.com/index.php?route=product/product&product_id=94
me temo que mi timbre seguirá sin funcionar mucho más tiempo; lleva así, mudo, 7 años :-)
ResponderEliminarTu post me ha recordado a este precioso recorrido por timbres que sí se pueden tocar... Mis vecinos del segundo han tenido el feo gesto de quitar el timbre, ¡toda una declaración de intenciones!. Yo soy mucho más discreta y también soy partidaria de inventos diversos en la mirilla, como este que tengo desde hace un tiempo.
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