Más que aquel trozo del horizonte marino por el que llegan las tormentas, prefería un recodo del parque, o aquella chimenea cuyo penacho ondulante me anunciaba el mar sin proporcionármelo.
Hay muchos adverbios latinos, ninguno de los cuales vale un comino. Así "patiens in adversis nunquam est felicitas" ("la paciencia en la adversidad no es (una actitud) feliz"), no sirve de gran cosa cuando ya está uno aburrido de visitar al galeno, o ha bebido agua del Ganges hasta parecer hidrópico.
Más que aquel trozo del horizonte marino por el que llegan las tormentas, prefería un recodo del parque, o aquella chimenea cuyo penacho ondulante me anunciaba el mar sin proporcionármelo.
ResponderEliminarEn los tiempos que corren es cada vez más difícil enseñarles cosas tan sencillas...
ResponderEliminaraquello que siempre parece a la vuelta de la esquina ;)
ResponderEliminarSilentium.
ResponderEliminardolor.
ResponderEliminarHay muchos adverbios latinos, ninguno de los cuales vale un comino. Así "patiens in adversis nunquam est felicitas" ("la paciencia en la adversidad no es (una actitud) feliz"), no sirve de gran cosa cuando ya está uno aburrido de visitar al galeno, o ha bebido agua del Ganges hasta parecer hidrópico.
ResponderEliminarNo sé por qué, pero sigo.
ResponderEliminargracias, Glo.
ResponderEliminaryo, a mi pesar, también sigo esperando.
Ánimo. Beso!
ResponderEliminarJj