31 enero 2017

"A diferencia de las tintas usadas a finales del siglo XVIII, elaboradas con tinta de calamar, hollín y aguarrás, las empleadas en tiempos de Shakespeare se obtenían de las agallas provocadas por la avispa cinípida en el roble. Estas se empapaban en vino tinto, se mezclaban con sulfato de hierro y goma arábiga y luego se secaban al sol. El instrumento de escritura más extendido era la pluma de ganso. Una vez escrito el texto, la tinta se secaba espolvoreando el pergamino o papel con arena secante, un fino polvo hecho con piedra pómez o sal. Se decía entonces en inglés que la carta estaba done and dusted ("terminada y espolvoreada")."


Simon Garfield, Postdata: curiosa historia de la correspondencia
[traducción de Miguel Marqués]

3 comentarios:

shichimi dijo...

oh! no recordaba esa receta, ganas me dan de probar a hacerla, a que te mando un frasquito
;-)

Glo dijo...

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M. dijo...

A mi me cuesta mucho darle el espolvoreado final a la correspondencia.