30 enero 2013

Mi cuervo

Paruula


Un cuervo voló hasta el árbol del exterior de mi ventana.
No era el cuervo de Ted Hughes, ni el cuervo de Galway,
ni el cuervo de Frost, Pasternak, o Lorca.
Ni uno de los cuervos de Homero, harto de sangre
después de la batalla. Era sólo un cuervo.
Que jamás encajó en parte alguna,
ni hizo nada digno de mención.
Estuvo posado allí en la rama durante unos cuantos minutos.
Luego alzó el vuelo y desapareció bellamente
de mi vida.

Raymond Carver, Bajo una luz marina
[traducción de Mariano Antolín Rato]




 
My Crow

A crow flew into the tree outside my window.
It was not Ted Hughes’s crow, or Galway’s crow.
Or Frost’s, Pasternak’s, or Lorca’s crow.
Or one of Homer’s crows, stuffed with gore,
after the battle. This was just a crow.
That never fit in anywhere in its life,
or did anything worth mentioning.
It sat there on the branch for a few minutes.
Then picked up and flew beautifully
out of my life.

2 comentarios:

Glo dijo...

Recuerdo pocos cuervos. Ninguno literario. Dos graznaban en lo más alto de un árbol ardido en la desolación que siguió a un terrible incendio que presencié. El graznido de otro, invisible, servía de contrapunto al silencio en un poético flashback de "Urga", de Nikita Mijalkov.

M. dijo...

En Carver "nada digno de mención" se vuelve muy digno de emoción. Mis cuervos favoritos si encajaban: en una pintura de Van Gogh. Graznidos!