“Victoria, símbolo del imperio británico, dueña y señora del siglo diecinueve, había impuesto el opio en China y la vida virtuosa en su nación.
En el centro de su imperio, eran lectura obligada las obras que enseñaban a respetar las buenas maneras. El Libro de etiqueta, de lady Gough, publicado en 1863, desarrollaba algunos de los mandamientos sociales de la época: había que evitar, por ejemplo, la intolerable proximidad de los libros de autores con los libros de autoras en los estantes de las bibliotecas.
Los libros sólo podían juntarse si el autor y la autora estaban unidos en matrimonio, como era el caso de Robert y Elizabeth Barrett Browning.”
Eduardo Galeano, Mujeres, “Madre civilizadora”
1 comentario:
Puesto que me atañe profesionalmente, últimamente vengo considerando que las pirámides son la perfecta ejemplificación de una empresa absurda que ocupa a una civilización entera durante milenios. La exploración del espacio es candidata aventajada a formar parte de esa categoría. Y la entrada de hoy me anima a considerar que la lista no debe en absoluto quedar cerrada.
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