05 enero 2013

cómo dejar pasar una noche de Reyes
sin roscón
aunque nunca me toque la sorpresa.

10 comentarios:

marcela dijo...

Así te ahorras las frutas confitadas...

arponauta dijo...

(he de confesar que no entiendo muy bien lo que he escrito. y creo que ahora leo lo contrario de lo que he querido decir, ay.)

Lenteja dijo...

En una noche como esta, no tener roscón es im-per-do-na-ble.
(Porque sé que no te quedarán galletitas ni bizcocho, además)
Besos.Lenteja

arponauta dijo...

¡pero es que sí tengo roscón!

Glo dijo...

Los párrafos son rebaños de palabras. También a mí se me espantan muchas veces y tengo que ir por ellas para devolverlas al redil.

shichimi dijo...

pero es que sí te ha tocado la sorpresa!
;-P

chris dijo...

Guárdame un trocito, que yo no tengo!!

Bueno, si te lo comes me basta con que luego me cuentes lo bueno que estaba.

Y en qué quedamos...sorpresa si o no?

Juli Gan dijo...

Es peor mi caso. A mí nunca me toca sorpresa en el roscón, pero acabo pagándolo yo. Grrrr.

Anónimo dijo...

Demasiada tentación. A pesar de la decepción anunciada.
prófuga.

Paloma Peña dijo...

Cómo que no te ha tocado nunca la sorpresa? Y el medio quilo más que tienes a la mañana siguiente en la báscula, ¿qué es?. ;) A mí tampoco me ha tocado la sorpresa, y decidí que ya no me gusta el roscón.