15 septiembre 2012

expelliarmus

esta es la palabra escrita en mi nevera con letras-imán: expelliarmus. Chi la dejó para mí hace más de una semana y me aferro a ella en esta tarde de silencio nuclear (el silencio en mi casa-patio-manzana-barrio es similar al de una post-explosión nuclear) en la que vuelvo a sentir que me muero li-te-ral-men-te. no es una metáfora, es algo inexplicable que me sucede desde hace años, desde que enfermé o vete tú a saber qué. es una náusea continua que visualizo como si yo me fuera por un desagüe, un desagüe instalado a la altura del ombligo, más o menos. es insoportable. no duele, ya no me asusta (tanto), se pasa pero vuelve. y no sé compartirlo, explicarlo, definirlo, comprenderlo ni expulsarlo. sigue ahí. siempre.
y cada vez que aparece y me sobreviene sé que me estoy muriendo, sé que me muero de verdad. ni siquiera sé si me asusta, sólo quiero que desaparezca para siempre o que se concrete de una puta vez la tan anunciada muerte.
(no estoy loca, no es un ataque de ansiedad, no somatizo, no.)

mi vecino salta por la tapia de mi patio para entrar a su casa (se ha roto su cerradura y no tiene dinero para cambiarla). así que he colocado la vieja escalera naranja de mi abuela pegada al muro que nos separa. me pregunto si utilizará este método todo el invierno para entrar y salir de su casa. también sé que si se prolonga mucho tiempo esta situación me parecerá absolutamente normal.

sigo robando jazmines, de hecho sólo salgo a la calle para reponer mis existencias. (dulces días de septiembre...)

6 comentarios:

Glo dijo...

Todo pasa. Habrá días mejores.

chris dijo...

No soy capaz de entender esa sensación de morirte...cuando yo la he tenido (varias veces en el último año era por temas de ansiedad). Otra cosa es haberme encontrado tan mal que pensaba que la muerte no era tan mala... Ojalá en tu caso mejore...

Robar jazmines? Fíjate...te leo y descubro que yo soy una chingona de pura cepa. pero es que nunca me había planteado que robo jazmines sino que me llevo olores, texturas...quizá es que me invento algo poético para perdonarme a mí misma, pero es cierto que nunca he pensado que los robo y no te cuento la cantidad de flores que he cortado de la verja del Campo del Moro.

Mucho ánimo con las sensaciones y un abrazo compañera!!

Victoria dijo...

supercalifragilisticoespialidoso.
supercalifragilisticiexpialidocious.

sí...ya...quizás un poco cursi...

arponauta dijo...

:-) es verdad, había olvidado el hechizo por excelencia. gracias, Victoria :-)

farala dijo...

ma-dre-de-dios lo explicas perfectamente, qué dices que no.


Leonora ingresa en una clinica en Santander donde permanece desde agosto a diciembre de 1940. Le administran tres dosis de cardiazol (pre-electroshocks). se escapa. solicita asilo politico en la embajada mexicana. trata de narrar sus emociones en el libro Memorias de Abajo. A pesar de estar libre no logra erradicar su tristeza. “Siento que nunca va a desaparecer esta angustia porque la angustia soy yo. Cada mañana abro los ojos al borde del precipicio y la certeza de la caída es espantosa”.

arponauta dijo...

pues sí que me anima mucho el texto de la Carrington, farala... :-(((