27 septiembre 2012

"Durante años se le vio casi a diario en El Retiro, paseando por las mañanas, donde [Pío Baroja] se dedicaba en otoño a recoger castañas que llevaba a su casa en los bolsillos del gabán, y que guardaba después en un archivador de persiana."

Jesús Marchamalo, 39 escritores y medio

1 comentario:

Glo dijo...

¿Serían castañas pilongas? Porque no recuerdo ningún castaño dulce en El Retiro... Son atractivos el color marrón anaranjado de su corteza, su gran tamaño... Pero no se pueden comer porque después se padece un terrible dolor de cabeza... Las ciudades están llenas de árboles cuyos frutos no sirven para comer. ¿Porqué? ¿Porqué somos tan mezquinos?