28 diciembre 2012

"Además, cuando lo piensa se da cuenta de que lo que le gusta del otro es ella misma. Nos gusta coincidir con el otro, nos encanta la zona sombreada de intersección, el lugar donde coincidimos en gustos, ya sean musicales, estéticos o sexuales. Lo que nos interesa del otro somos nosotros. Es decir, nos enamoramos de lo que de nosotros tiene el otro, lo cual no deja de ser una paradoja, porque el amor se supone que es algo ciego y desinteresado."

Juan Pardo Vidal, La luz de la mesita de noche

6 comentarios:

Paola Vaggio dijo...

Estoy de acuerdo con esta reflexión sobre el amor. Entonces, el objetivo final de enamorarse es encontrarse en otro? Somos unos narcisistas todos? Puede ser... Ay madre.

Anónimo dijo...

No estoy para nada de acuerdo, que narcisista el tipo. Sin empatia y amor a lo diferente que gracia tiene el amor..Si es un energia tan potente es por la disparidad y lo dificil que es vivir la alteridad sin cancelar. Hay visiones demasiado falocentricas por el mundo...
Tania

arponauta dijo...

pues entonces soy falocéntrica perdida, querida Tania, porque estoy absolutamente de acuerdo con Pardo Vidal :-)
(claro que por otro lado, así me va... ;-)

Lenteja dijo...

Pero, exactamente de qué estáis hablando, ¿de enamorarse? ¿de sentir atracción? ¿de convivir? de cuál es el tamaño como mínimo-máximo de la zona de intersección en cada uno de estos aspectos? Esto parece un tallaje..

chris dijo...

En mi caso me atrae lo que no tengo yo, porque ahí es cuando puedo aprender y crecer con la otra mujer.

De otra manera, creo que es no salir de mi zona de confort, de acomodarme...no sé si me explico, Arpocéntrica :-P

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Con lo emocionante que es encontrar algo nuevo en el otro, que te enseñe, que te sorprenda, con quien discrepar y debatir, alguien a quien admirar, a quien respetar. Si, el narcisismo y la falta de empatía acaba con el amor y con las relaciones en general.