20 febrero 2013

"La gente agarra los libros de una manera especial, diferente de como agarran cualquier otro objeto. No los sujetan como los objetos inanimados que son, sino como si se hubieran quedado dormidos. A veces los niños sujetan los juguetes del mismo modo."

John Berger, El cuaderno de Bento
[traducción de Pilar Vázquez]

7 comentarios:

chris dijo...

Completamente de acuerdo.

Cada mano, con su propio acento, sujeta los libros a veces como si fueran elementos sagrados o tesoros encontrados en islotes cuasidesiertos rodeados de tiburones.

:-)

Glo dijo...

He recordado otras maneras de manejar un libro:

-Ponerlo sobre el pecho como parapeto, como hacen las chicas de instituto.

-Sujetarlo por el borde superior con toda la mano y apretarlo contra uno, violenta costumbre que tendrá que ver con el peso de algunos viejos volúmenes.

-Llevarlo de un lado a otro con un dedo metido en la página que interesa.

-Darle vueltas mirando los cantos, como en algunas películas de espías...

También pasar las páginas tiene su aquel.

Yo, por ejemplo, con el dedo índice recorro el extremo del borde superior derecho y levanto la hoja. Al venir acompañada de otras, utilizo del pulgar y el corazón para separarlas. Una vez individualizada, deslizo juntos el índice, el corazón y el anular desde la esquina, bajando por el borde derecho. Si el libro es muy valioso, ese viaje llega a la mitad de la página, pudiendo unirse por el camino también el meñique. Finalmente, entre todos, empujan y vuelven la hoja.

Hay quien moja los dedos en la lengua para separar las páginas, costumbre que puede molestar a algunas personas, como Umberto Eco, quien llega a asesinar a los personajes de "El nombre de la Rosa" que lo hacen, untando el ángulo superior derecho de la página con un veneno terrible.

arponauta dijo...

yo ya estaría muerta si fuese por Eco :-)

Lenteja dijo...

Je,por lo que veo, en el "camino" de ese libro tú y yo nos hemos parado en los mismos "bancos".
Besos.Lenteja

Hormiga dijo...

jo, pues es verdad! :-)

Anónimo dijo...

De ahí mis prejuicios al libro electrónico: nunca caeré.

Besos desde el otro lado del Atlántico.

Jj

Soraya Bruxa Moura dijo...

oinsss los libros se sujetan sin duda, de una manera diferente a cualquier otra cosa. Se les lleva de la mano