"Como no le gustaba estrenar ropa, [Pío Baroja] usaba la que retiraban sus sobrinos. Una vez, Julio Caro le regaló un abrigo suyo, casi nuevo. A don Pío le quedaba tan largo que, sin encomendarse, cogió unas tijeras y le metió un trasquilón al dobladillo, sin darse cuenta de que al tiempo cortaba los bolsillos y el forro. Durante días, de aquel gabán amputado y sin muñón caían caramelos, papeles, pañuelos y castañas hasta que consiguió acordarse de que había dejado los bolsillos fuera de uso."
Jesús Marchamalo, 39 escritores y medio
4 comentarios:
Y si te pones tu camiseta nueva?
;-)
Oye, si necesitas aguja e hilo para remendar el abrigo por aquí tenemos.
Animate! No será costoso en absoluto!
y el belcro...
Me gusta mucho la idea que me he hecho de Baroja. Su biografía y su obra me ha servido siempre de historia.
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